Uno de los sentimientos más fuertes que existe es el enamoramiento, podemos llegar a realizar auténticas “locuras”
cuando estamos en ese estado, te aporta una sensación de ser capaz de todo, felicidad absoluta donde el Ser amado
es la prioridad en tu vida y centro de todos tus pensamientos durante las 24h
del día, todo versa sobre una atracción
física seguida de vinculación
emocional. Y es que estar enamorado afecta a la alegría, la satisfacción
vital y a la salud física y mental muy positivamente.
Muchos son los científicos y psicólogos sociales (aunque los nombro por
separado la psicología está también
considerada como ciencia) que han tratado de desmenuzar el motivo del
enamoramiento, los resultados no son tan románticos como pudieran parecer, es
puramente química junto con algunos factores psicológicos.
Para enamorarnos de alguien primeramente debe iniciarse con una
atracción, normalmente solemos fijarnos en la apariencia física aunque en otras ocasiones son diferentes aspectos
los que realzan las características de esa persona y nos enganchan, alguien nos
gusta, realizamos una evaluación positiva
de él/ella y deseamos acercarnos, cuanto más positiva es la evaluación mayor
será la atracción que experimentaremos hacia esa persona, será lo que nos impulse en mayor o menor medida a
iniciar el contacto.
Según el psicólogo Reis existen cuatro principios sobre la
atracción:
-
El
principio de semenjanza, según el cual las personas se sienten atraídas por
otras que poseen semejanzas a ellas, formarían un sistema de equilibrio y
armonía que les aporta seguridad y sentimientos positivos.
-
El
principio de proximidad, según el cual las personas con ambientes cercanos
tienen muchas posibilidades de acabar siendo amigos o pareja, esto es así
porque la proximidad espacial aumenta las probabilidades de interacción entre
los individuos; simplemente por el hecho de ver a alguien con frecuencia,
incluso sin mediar palabra, puede hacer que nos termine resultando atractivo,
este es el efecto de “mera exposición”.
-
El
principio de reciprocidad. Este principio lo han utilizado en su momento
las llamadas “Celestinas”, si creemos que alguien tiene interés en nosotros se
despierta el agrado hacia esa persona.
-
El cuarto principio se basa en la teoría de que
bajo condiciones estresantes o de
ansiedad aumenta el deseo de contacto
social y por lo tanto la probabilidad de atracción. Esto tiene su origen en
los experimentos de Schachter que en 1959 demostró que las personas preferían estar
acompañadas por otras al enfrentarse a situaciones que elevaban los niveles de estrés
o de ansiedad.
Cuando una persona esta enamorada
se produce una expansión del yo, se
pasa a compartir amistades, conocimientos, aficiones, metas, etc, con lo que se
convierte en un reforzante de la autoestima, esta aumenta, y los sentimientos
de autoeficacia y confianza para tener éxito en cualquier cosa que se realice
también.
Según experimentos de la
científica y antropóloga Helen Fisher,
basados en la activación cerebral de las partes del encéfalo que actúan en el
enamoramiento, los hombres se enamoran más
rápido que las mujeres, en ellos se produce actividad en una pequeña región
cerebral asociada con la integración de los estímulos visuales, en ellas
una mayor actividad en unas tres áreas
diferentes, asociadas con la memoria
y la rememoración, no simplemente con la capacidad de recordar.
La realidad del estado de enamoramiento es la química, hormonas y
neurotransmisores, cuando estamos con la persona amada comenzamos a segregar feniletilamina (FEA), este compuesto
activa la secreción de dopamina, neurotransmisor
que genera sensación de placer y nos empuja a repetir aquello que lo provoca, y
a la par oxitocina, la cual se
relaciona con patrones sexuales (también con la conducta maternal), genera
unión entre la pareja aumentando a máximos niveles en el momento del orgasmo; también norepinefrina otro neurotransmisor que
provoca una dosis de refuerzo de
adrenalina natural y aquí se basan por ejemplo síntomas de enamoramiento
como el aumento de latidos del corazón cuando vemos a persona que nos gusta,
por no hablar de las endorfinas, la “hormona
de la felicidad”. Esto es una muestra del coctel
de estimulantes naturales que se forma cuando estamos con la pareja, así
que en el momentos que nos encontramos separados de esa persona, privándonos de
tal sensación placentera y de felicidad sufrimos el “mono” el cual nos lleva a
echarla de menos con bastante intensidad.
Siempre tratamos de darle explicación a todo, el conocimiento es poder dicen y así
es, pero una vez que encuentras ese amor…vívelo, disfrútalo en cada instante, como si no hubiera un mañana, y cuídalo si deseas tenerlo para siempre porque
aunque este estado dura unos dos o tres años, la llama siempre puede seguir si
te implicas positivamente para mantenerla.
Feliz día de San Valentín!
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una vida de calidad
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